Una boda sin noviazgo by Christine Rimmer

autor:Christine Rimmer
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2006-08-31T22:00:00+00:00

Capítulo 8

Glory dejó su sándwich y se adelantó.

—Miedo a la intimidad —aseveró en tono ominoso. Al ver la expresión ceñuda de su hermana, se explayó en voz baja para que nadie más la oyera—: Leí un artículo muy largo sobre los hombres que temían intimar. En la revista American Woman.

—¿Crees que Brett teme… intimar conmigo?

—Oh, sí —sacó un trozo de beicon de su sándwich y se lo llevó a la boca. Masticó pensativa—. En el fondo, a todos los hijos de Chastity les da miedo confiar, dejar que una mujer se acerque demasiado a ellos. Hasta el momento, sólo Buck lo ha superado. Cuando pienso en la manera tan abierta y sincera en que ama a B. J., casi me da esperanzas con Bowie —mojó una patata frita en el ketchup y le mordió un extremo—. Pero luego me dominan las dudas. Bowie está demasiado asustado para bajar las barreras y ponerse de igual a igual conmigo. Siempre piensa que me tiene que mandar. Es su manera de mantenerme a raya, emocionalmente hablando. Y Brett y Brand, bueno, tienen diferentes formas de manifestarlo, pero, en realidad, tampoco dejan que nadie se acerque jamás demasiado a ellos.

Angie pensó en sus primeros días de trabajo en la consulta, en las primeras semanas de matrimonio, en cómo Brett y ella charlaban durante horas y en lo abierto y libre que había parecido ser todo.

—Pero, Glory, Brett dejó que intimara con él. Al principio. Es últimamente cuando se ha vuelto distante, cuando he empezado a sentir que ya no lo conozco.

—¿Lo ves? —la apuntó con su patata frita roja—. Es el miedo en acción.

—Pero… ¿por qué? ¿De qué ha de tener miedo?

—No lo sé. No soy psicóloga. Quizá, simplemente, no sepa… cómo ser un marido.

Angie bufó.

—Ya te lo he dicho. Lo estaba haciendo muy bien. Al principio…

—Te repito, el miedo ha entrado en acción.

—Pero…

Glory alzó una mano.

—Piensa en esto. Esos cuatro chicos jamás tuvieron un ejemplo de cómo se suponía que tenía que ser entre un hombre y una mujer. Quiero decir, apenas conocieron a su padre. Bowie jamás conoció a Blake. Ya se había largado antes de que Bowie naciera. Y cuando los otros tres eran muy pequeños, tal como lo cuenta Chastity, Blake aparecería durante una o dos semanas antes de desaparecer durante meses, un año e incluso más tiempo. Para los chicos, fue lo mismo que no tener padre. Éste era un extraño, un tipo temible al que no conocían, un sujeto peligroso que aparecía de vez en cuando y dormía en el dormitorio de Chastity.

Glory dio un mordisco al sándwich.

—Y Chastity… bueno, la quiero. Todos la queremos. Pero entonces era una persona diferente. Con el paso de los años ha cambiado mucho… para mejor. Quería a los chicos, pero no les daba la mano firme y la atención que requerían. Ella misma es la primera que reconoce que podría haber sido mejor madre —suspiró—. Sí. Es como si… nunca hubieran aprendido cómo… por no mencionar que les da miedo querer mucho a alguien.

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